En la anterior entrada hablamos, bajo el enfoque de la Armonía Clásica, del acorde de sexta aumentada. Seguimos explorando recursos de Armonía Clásica, le toca el turno al acorde de quinta aumentada.
Ni que decir tiene que me da igual si un recurso viene de Armonía Clásica o de Armonía Moderna. No estoy especialmente interesado en sonar a clásico o a jazz o a lo que sea. Sí me interesa aumentar mi vocabulario musical, aumentar el número de recursos posibles a utilizar.
También es verdad que aumentar la quinta en un acorde dominante es algo relativamente común en Armonía Moderna. Expongo aquí el recurso como "de Armonía Clásica" porque donde lo he leído en el libro de Armonía Clásica de Enrique Rueda, seguramente porque fueron los clásicos los primeros en usarlo (otra cuestión es la forma de usarlo, que seguramente difiera en las distintas épocas).
Resulta ser que todas las notas del acorde dominante tienen una función característica, excepto la quinta. Veámoslo en detalle: imaginemos una cadencia final en la tonalidad de Do Mayor. El acorde dominante sería G7 (sol, si, re, fa) y el acorde de resolución seria C (do, mi, sol). Pido disculpas por usar el cifrado americano para hablar de un tema de Armonía Clásica, pero así adopto la misma nomenclatura que en anteriores entradas.
La cuestión es que la fundamental de G7 es la nota sol, que tiene, con perdón, la función de hacer el "chimpón". Lo más común es que el bajo se mueva de la nota sol a la nota do (que es, a su vez, fundamental del acorde C), con lo que tenemos el movimiento fuerte de fundamentales de cuarta ascendente, he ahí la función del sol, fundamental del G7.
Las notas si y fa del acorde G7, son respectivamente la tercera y la séptima del acorde. Ambas forman entre sí un intervalo muy disonante, el trítono, que genera mucha tensión, a su vez, ambas notas tienen una marcada direccionalidad: la nota si (sensible) quiere subir hasta la nota do (del acorde C), mientras que la nota fa quiere bajar a la nota mi (del acorde C).
¿Y qué pasa con la nota re (quinta en el acorde G7)? No parece que necesite resolver en ninguna nota en particular.
Aquí viene lo bueno: si alteramos ascendentemente la quinta del G7, tenemos una nota re#, que está a una distancia de un semitono de mi. Ahora, el re# tiene una marcada direccionalidad hacia el mi, funcionando como una especie de sensible artificial del mi.
Usar el acorde de quinta aumentada en la cadencia final era un recurso típico del Romanticismo.
En cifrado americano, el acorde resultante sería G7 (#5), pero cuando la quinta aumentada aparece en el acorde dominante los clásicos prefieren usarlo como inversión para evitar el intervalo que se forma entre la quinta aumentada y la séptima menor. Otras veces, sin embargo, prefieren usar el acorde sin séptima, y aquí es donde podemos observar algo realmente curioso.
Cuando se utiliza el acorde aumentado como sustituto del acorde de séptima, tenemos un acorde formado por dos terceras mayores: sol, si, re#. La tercera mayor (4 semitonos) divide la octava (12 semitonos) tres partes iguales. Lo que quiere decir que cuando usemos inversiones de este acorde, obtendremos transposiciones del mismo. Veámoslo:
La primera inversión de sol, si, re# es si, re#, sol, que es enarmónica de si, re#, fa doble sostenido. Es decir, el acorde G (#5) resulta ser enarmónico de B (# 5).
La segunda inversión de sol, si, re# es re#, sol, si, que es enarmónica de re#, fa doble sostenido, la doble sostenido. Es decir, el acorde de G (#5) también es enarmónico de D# (#5).
La conclusión es que el acorde aumentado puede funcionar como dominante, pero no se sabe muy bien qué dominante es, pues se puede usar como dominante de, al menos, tres tonalidades.
Lo que a mí me gusta hacer es poner un acorde aumentado antes de un acorde de resolución, pero para dejar claro qué dominante se supone que es, poner el bajo del acorde aumentado una cuarta justa por debajo del acorde de resolución, que puede ser un acorde mayor o menor,
Ni que decir tiene que me da igual si un recurso viene de Armonía Clásica o de Armonía Moderna. No estoy especialmente interesado en sonar a clásico o a jazz o a lo que sea. Sí me interesa aumentar mi vocabulario musical, aumentar el número de recursos posibles a utilizar.
También es verdad que aumentar la quinta en un acorde dominante es algo relativamente común en Armonía Moderna. Expongo aquí el recurso como "de Armonía Clásica" porque donde lo he leído en el libro de Armonía Clásica de Enrique Rueda, seguramente porque fueron los clásicos los primeros en usarlo (otra cuestión es la forma de usarlo, que seguramente difiera en las distintas épocas).
Resulta ser que todas las notas del acorde dominante tienen una función característica, excepto la quinta. Veámoslo en detalle: imaginemos una cadencia final en la tonalidad de Do Mayor. El acorde dominante sería G7 (sol, si, re, fa) y el acorde de resolución seria C (do, mi, sol). Pido disculpas por usar el cifrado americano para hablar de un tema de Armonía Clásica, pero así adopto la misma nomenclatura que en anteriores entradas.
La cuestión es que la fundamental de G7 es la nota sol, que tiene, con perdón, la función de hacer el "chimpón". Lo más común es que el bajo se mueva de la nota sol a la nota do (que es, a su vez, fundamental del acorde C), con lo que tenemos el movimiento fuerte de fundamentales de cuarta ascendente, he ahí la función del sol, fundamental del G7.
Las notas si y fa del acorde G7, son respectivamente la tercera y la séptima del acorde. Ambas forman entre sí un intervalo muy disonante, el trítono, que genera mucha tensión, a su vez, ambas notas tienen una marcada direccionalidad: la nota si (sensible) quiere subir hasta la nota do (del acorde C), mientras que la nota fa quiere bajar a la nota mi (del acorde C).
¿Y qué pasa con la nota re (quinta en el acorde G7)? No parece que necesite resolver en ninguna nota en particular.
Aquí viene lo bueno: si alteramos ascendentemente la quinta del G7, tenemos una nota re#, que está a una distancia de un semitono de mi. Ahora, el re# tiene una marcada direccionalidad hacia el mi, funcionando como una especie de sensible artificial del mi.
Usar el acorde de quinta aumentada en la cadencia final era un recurso típico del Romanticismo.
En cifrado americano, el acorde resultante sería G7 (#5), pero cuando la quinta aumentada aparece en el acorde dominante los clásicos prefieren usarlo como inversión para evitar el intervalo que se forma entre la quinta aumentada y la séptima menor. Otras veces, sin embargo, prefieren usar el acorde sin séptima, y aquí es donde podemos observar algo realmente curioso.
Cuando se utiliza el acorde aumentado como sustituto del acorde de séptima, tenemos un acorde formado por dos terceras mayores: sol, si, re#. La tercera mayor (4 semitonos) divide la octava (12 semitonos) tres partes iguales. Lo que quiere decir que cuando usemos inversiones de este acorde, obtendremos transposiciones del mismo. Veámoslo:
La primera inversión de sol, si, re# es si, re#, sol, que es enarmónica de si, re#, fa doble sostenido. Es decir, el acorde G (#5) resulta ser enarmónico de B (# 5).
La segunda inversión de sol, si, re# es re#, sol, si, que es enarmónica de re#, fa doble sostenido, la doble sostenido. Es decir, el acorde de G (#5) también es enarmónico de D# (#5).
La conclusión es que el acorde aumentado puede funcionar como dominante, pero no se sabe muy bien qué dominante es, pues se puede usar como dominante de, al menos, tres tonalidades.
Lo que a mí me gusta hacer es poner un acorde aumentado antes de un acorde de resolución, pero para dejar claro qué dominante se supone que es, poner el bajo del acorde aumentado una cuarta justa por debajo del acorde de resolución, que puede ser un acorde mayor o menor,
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